Sesgo de anclaje y ajuste. El precio al que compraste una acción es irrelevante.

El sesgo de anclaje y ajuste es la tendencia a interpretar nueva información en función de un ancla arbitraria y ajustar las opiniones en consecuencia. Puede llevar a pronósticos demasiado cercanos a los niveles actuales y opiniones inflexibles. Descubra si tiende a tener un sesgo de anclaje y ajuste y cómo afecta sus decisiones de inversión con PRAAMS BehaviouRisk.



Economía conductual. ¿Qué es el sesgo de anclaje y ajuste?

Este es un patrón de comportamiento en el que uno interpreta nueva información utilizando un anclaje arbitrario y luego ajusta su nueva opinión en relación con este anclaje. Por ejemplo, si un inversor compra una acción a $100 por acción, la respuesta a si el mercado está sobrevalorado o infravalorado será relativa a este anclaje aleatorio de $100. Otro ejemplo podría ser un inversor que compró la acción a $100, la vio subir a $150 y luego bajar a $120. Si este inversor está fuertemente expuesto al sesgo de anclaje y ajuste, juzgará el éxito de esta decisión de inversión en relación con el último anclaje de $150. En su opinión, la inversión "perdió" un 20%, lo que crea la necesidad de que una inversión vuelva a crecer hasta $150 para recuperarse. El inversor racional e inteligente interpreta nueva información sin relación con anclajes existentes.

El sesgo de anclaje y ajuste es un sesgo cognitivo, o un error en la toma de decisiones. Estos sesgos pueden corregirse eficazmente con educación.



¿Cuáles son las consecuencias y riesgos de la cartera?

Los inversores individuales expuestos al sesgo de anclaje y ajuste tienden a tener pronósticos demasiado cercanos a los niveles actuales. Por ejemplo, si el precio de la acción es de $100 hoy y a dicho inversor se le pidiera que estimara el precio en un año, la respuesta más probable estaría en el rango de $90-110 o en el rango de $70-130 si la volatilidad histórica de la acción fuera mayor. En segundo lugar, el mismo inversor individual pronosticaría rendimientos futuros basados en la relación riesgo-rendimiento más reciente. Por ejemplo, si la acción creció un 15% el año pasado, el inversor esperaría que creciera alrededor de un 15% el próximo año. La tercera implicación es que los inversores individuales quedan atrapados firmemente con su análisis previo de riesgo y rendimiento de una empresa. Considere una empresa que ha sido líder en su segmento de mercado durante varios años. Este anclaje de ser un líder se reproduciría en la mente de tal inversor durante muchos años, aunque la situación del mercado pueda haber cambiado para entonces. Otra implicación es aferrarse obstinadamente a pronósticos originales. Imagina un inversor pronosticando que el precio de la acción aumentaría de $100 a $140 en un año basado en un pronóstico de crecimiento del beneficio neto del 40%. Si la empresa informa un crecimiento del beneficio neto del 20% o del 80% en seis meses, es poco probable que este inversor ajuste significativamente su pronóstico a la baja o al alza.
 


¿Qué puedo hacer para que mi cartera sea óptima?

El primer paso sensato para superar el sesgo de anclaje y ajuste es reconocerlo. Es un sesgo cognitivo y puede ser erradicado mediante la educación y el control de su proceso analítico. Una tendencia a aferrarse a cualquier anclaje, ya sean cifras, niveles o creencias, es una señal de advertencia para este sesgo, y notar tales señales de advertencia y reconsiderar sus estrategias de asignación de activos agregará valor a su análisis. Lo mismo es válido cuando lees medios financieros, investigaciones de analistas u otras opiniones sobre un mercado o una empresa. Si detectas anclaje en su lógica, tal vez no sea una buena idea confiar en sus conclusiones.