Sesgo de aversión a la pérdida. Tu apetito de riesgo es de alrededor de 2:1.

 

El sesgo de aversión a la pérdida es un patrón de comportamiento en el que una persona tiende a evitar las pérdidas en lugar de disfrutar las ganancias. Este sesgo emocional es difícil de superar y requiere de disciplina y control permanentes. Un inversor con sesgo de aversión a la pérdida preferiría mantener una inversión no rentable, lo que conduce a resultados de inversión pobres y una asignación de activos subóptima. Descubra si tiene tendencia a la aversión a la pérdida y en qué medida afecta sus decisiones de inversión con PRAAMS BehaviouRisk.
 

 

Economía conductual. ¿Qué es el sesgo de aversión a la pérdida?

Este es un patrón de comportamiento emocional por el cual una persona tiende más a evitar pérdidas que a disfrutar de ganancias. Los científicos han descubierto que una persona, en promedio, aceptará el riesgo de perder $1.solo si se le ofrece la oportunidad de ganar al menos $2 a cambio (demostrando aversión al riesgo). La relación ganancia-pérdida es de 2 a 1; una persona, en promedio, desea mayores ganancias en comparación con el riesgo.
 

 

¿Cuáles son las consecuencias y los riesgos de inversión?  

La implicación en las decisiones de inversión es bastante simple: un inversor con sesgo de aversión a la pérdida preferiría mantener una inversión no rentable en lugar de venderla y reequilibrar la cartera. El deseo de evitar pérdidas motiva al inversor a esperar hasta que el precio de la inversión se recupere, aunque esto nunca pueda suceder. Las justificaciones típicas utilizadas por tales inversores incluyen: "subirá de nuevo", "es solo una pérdida de papel", "se convierte en una pérdida solo cuando lo vendo, y antes de eso, todavía tengo la oportunidad de recuperar mi inversión", y muchas otras. De manera similar, muchos inversores con un fuerte sesgo de aversión a la pérdida tienden a fijar las ganancias tan pronto como aparecen, limitando así el potencial al alza e involucrándose en estrategias de negociación más frecuentes.

Una combinación de mantener inversiones no rentables durante demasiado tiempo ("mantener los perdedores") y fijar rápidamente las ganancias en inversiones rentables ("vender los ganadores") conduce a malos resultados de inversión y asignación de activos subóptima. A lo largo de un período más largo, el sesgo de aversión a la pérdida degrada la relación riesgo-recompensa en una cartera. Esto es especialmente peligroso para la inversión a largo plazo. El efecto negativo de la aversión a la pérdida empeora para los inversores que reequilibran sus carteras con más frecuencia. En este caso, estos inversores mantendrán más "perdedores" y venderán "ganadores" con ganancias más pequeñas.
 

 

¿Qué puedo hacer para hacer que mi cartera sea más eficiente?

El consejo práctico más importante para superar el sesgo de aversión a la pérdida es el uso de órdenes stop loss como parte de una estrategia de gestión de riesgos. Es sabio establecerlos cuando se hace una inversión y acordar ejecutarlos cuando se activan, lo que requiere autodisciplina. Como con cualquier regla preestablecida, se deben considerar las sutilezas del activo en particular de antemano.

Por ejemplo, si la volatilidad regular de un activo es alta, por ejemplo, un típico cambio de precio de un activo es del -20% al +20%, el stop loss debería ser más amplio que -20%. Sin embargo, si el activo tiene baja volatilidad regular (por ejemplo, del -5% al +5%), entonces una orden stop loss del 7-10% puede estar bien, dependiendo de la tolerancia al riesgo de uno. Recuerda que las órdenes stop loss ayudan a superar el sesgo de aversión a la pérdida y muchos otros patrones de inversión negativos.

The same is valid for taking profits. Uno puede querer establecer un nivel de toma de ganancias cuando se toma una decisión de inversión y ejecutarlo cuando llegue el momento, lo que nuevamente requiere disciplina. Como con las pérdidas, también se deben considerar las características individuales para evitar la venta temprana de "ganadores".

Finalmente, uno siempre debe recordar la importancia de la diversificación, que suele sufrir cuando un inversor tiene un fuerte sesgo de aversión a la pérdida.